Introducción
La técnica de la presión ha sido utilizada desde tiempos antiguos con diferentes fines, aunque quizás sea más conocida por sus aplicaciones en la fabricación de artefactos y productos tecnológicos. Sin embargo, ¿sabes realmente qué hacían con la técnica de presión en el pasado? En este artículo te llevaremos a través del tiempo para descubrir algunas de las aplicaciones sorprendentes que tenía esta técnica.
Presión en la alimentación
En la antigüedad, la presión se utilizaba para preparar algunos alimentos. Uno de los ejemplos más comunes es el de la bebida llamada “chicha” en Sudamérica. Para preparar esta bebida, se utilizaban recipientes herméticos en los que se almacenaba maíz o yuca y se mantenían bajo presión. El proceso de fermentación que se generaba permitía obtener la bebida deseada.
Otro ejemplo interesante es el de la fabricación de queso. En algunas regiones de Asia y Europa, se utilizaban prensas de madera para aplicar presión a la leche de vaca o cabra que se había coagulado previamente con algún ácido o enzima. Esto permitía expulsar el suero y obtener un producto más sólido: el queso.
Presión en la construcción de edificios
En la Edad Media, la técnica de la presión se utilizaba en la construcción de grandes edificios como castillos, templos y catedrales. Los albañiles utilizaban un tipo especial de grúa para levantar bloques de piedra y utilizar la presión para fijarlos en su lugar. Además, usaban cinceles y martillos para tallar cada pieza de piedra en la forma adecuada.
Otra técnica que se aplicaba en ese entonces era la de la compresión de arcos. Los arcos se construían con bloques de piedra que se colocaban de forma escalonada. Una vez que se habían colocado todos los bloques, se aplicaba presión desde los extremos utilizando maderos y cuerdas. Esto permitía compactar la estructura y evitar su desplome.
Presión en la medicina
La presión también ha tenido aplicaciones en la medicina a lo largo de la historia. En la antigua Grecia, el médico Hipócrates utilizaba compresas con agua caliente para aliviar el dolor de algunos pacientes. La presión generada por la compresa permitía reducir la inflamación y el dolor y acelerar el proceso de curación.
Por otro lado, en el siglo XVII, un médico llamado William Harvey descubrió que la sangre se desplaza por las venas por medio de contracciones musculares y presión arterial. Esta observación permitió mejorar el tratamiento de algunas enfermedades y sentó las bases para la medicina moderna.
Presión en la fabricación de papel
El papel tal como lo conocemos hoy en día no siempre ha sido igual. En la antigua China, se fabricaba papel a partir de fibras de seda, lino y cáñamo que se mezclaban con agua y se prensaban para eliminar el exceso de líquido. En Europa, durante la Edad Media, se utilizaba una técnica similar para fabricar papel a partir de trapos.
Con la invención de la máquina de vapor y el desarrollo de la energía hidráulica, surgieron nuevas técnicas para producir papel de forma más rápida. Una de estas técnicas consistía en utilizar prensas hidráulicas para comprimir las hojas de papel y eliminar el agua. Con la aplicación de la presión, se reducía el tiempo de secado y se obtenía un papel más resistente.
Conclusiones
En definitiva, la presión ha tenido aplicaciones sorprendentes a lo largo de la historia en campos tan variados como la alimentación, la construcción, la medicina y la tecnología. En muchos casos, estas aplicaciones han sido clave para el desarrollo de nuevas técnicas y procesos y para la mejora en la calidad de vida de las personas. Es por eso que, a pesar de que pueda resultar una técnica simple, la presión sigue siendo hoy en día un recurso muy valioso.