Introducción
La civilización Inca, también conocida como la cultura de Tawantinsuyo fue una de las más importantes que existieron en América del Sur hace más de 500 años. Basaron su economía en la agricultura, la ganadería y la pesca, pero su éxito como sociedad se debió principalmente a su organización social. En este artículo, profundizaremos en los aspectos claves de la organización social Inca y su impacto en la sociedad de esa época.
Tamanos: La jerarquía social en la cultura Inca
La cultura Inca estaba altamente estructurada en función de la jerarquía social. En la cima de la estructura se encontraba el Inca o emperador, quien era considerado el hijo del Sol y por lo tanto, una figura semi-divina. Debajo del Inca, se encontraba la nobleza, quienes tenían privilegios y poderes especiales, seguidos por los sacerdotes y los militares. En la base de la pirámide se encontraban los campesinos y esclavos.
Esta jerarquía social se basaba en el concepto de «ayni», que se trataba de una obligación moral hacia la comunidad. El Inca y la nobleza estaban obligados a proteger y ayudar a la población y, a su vez, la población estaba obligada a trabajar para el beneficio de la comunidad en general.
Minka: El trabajo de colaboración
En la cultura Inca, la «Minka» era un tipo de trabajo colaborativo que se llevaba a cabo para beneficio de la comunidad. Esta labor se hacía de forma voluntaria dos veces al año y consistía en la construcción de carreteras, puentes, iglesias y otros edificios comunitarios. Todos los miembros de la sociedad podían participar, incluyendo los campesinos y esclavos.
La Minka no solo fomentaba la colaboración y el sentido de comunidad, sino que también ayudaba a mejorar la infraestructura y el desarrollo de la sociedad Inca.
Ayllu: La organización comunitaria
En la organización comunitaria Inca, se encontraba el «Ayllu», que se trata de un conjunto de familias que compartían recursos en tierras, ganado y trabajo. Estas comunidades se dividían en «panacas» o grupos de parentesco.
El Ayllu era fundamental en la organización social Inca, ya que permitía que todos los miembros de la comunidad tuvieran acceso a recursos como la tierra, el agua y los cultivos. Además, cada familia del Ayllu tenía la responsabilidad de cuidar y proteger el ganado y los recursos naturales.
Acllas: Las escogidas de los dioses
Las «Acllas» eran mujeres escogidas por la nobleza para servir a la sociedad Inca. Eran consideradas como las esposas de los dioses y tenían la tarea de tejer, hacer ofrendas y servir en los templos. También se encargaban de la educación de las jóvenes y de las relaciones comerciales.
Las Acllas eran consideradas como la pureza y la virtud personificadas. Estaban protegidas por la nobleza y no podían casarse ni tener hijos. Vivían en complejos de viviendas especiales llamados «Acllahuasi».
Conclusión
La organización social de la cultura Inca fue uno de los aspectos más importantes de esta civilización. Basada en la colaboración, la comunidad y la obligación moral hacia la sociedad, la jerarquía social Inca permitió una convivencia pacífica y una sociedad equitativa donde todos los miembros tenían una función y eran valorados.
La estructura de jerarquía social con el Inca en la cima, las Minka que fomentaban la colaboración y el sentido de comunidad, el Ayllu que permitía un acceso equitativo a recursos como la tierra, el agua y los cultivos, y las Acllas que eran consideradas como la pureza y la virtud personificadas son todos ejemplos de la compleja organización social Inca.
A través de su estructura social, la cultura Inca logró crear una sociedad unida que valoraba la colaboración, la comunidad y el bienestar de todos los miembros y sirve como legado de una cultura que sigue siendo estudiada y admirada en la actualidad.