Introducción
La cultura teotihuacana es una de las más fascinantes y misteriosas de la historia prehispánica de México. Se desarrolló en la ciudad de Teotihuacán, ubicada a pocos kilómetros de la Ciudad de México, y alcanzó su apogeo entre los años 300 y 600 de nuestra era. Una de las características más interesantes de la cultura teotihuacana es su compleja división social, que ha sido objeto de estudio y debate por parte de arqueólogos y antropólogos durante décadas. En este artículo, exploraremos lo que sabemos sobre la división social en la cultura teotihuacana y cómo influenció la vida diaria de sus habitantes.
La jerarquía social en Teotihuacán
La cultura teotihuacana se caracterizó por una estratificación social compleja y estructurada en diferentes grupos. En la cima de esta estructura se encontraba la clase gobernante, conformada por nobles y sacerdotes que ocupaban los cargos políticos y religiosos más importantes de la ciudad. Debajo de ellos, se encontraba la clase media, conformada por artesanos y comerciantes, quienes producían y vendían los bienes que sustentaban la economía teotihuacana. En la base de la estructura social se encontraban los trabajadores y campesinos, quienes realizaban las tareas más difíciles y pesadas en la ciudad.
El acceso a los diferentes niveles de la jerarquía social en Teotihuacán estaba determinado principalmente por la riqueza y la posición familiar. Los nobles y sacerdotes se aseguraban de casarse dentro de sus propias familias para mantener su posición en la élite teotihuacana. La clase media, por su parte, podía ascender en la jerarquía social si acumulaba riqueza y prestigio por medio de la producción y comercialización de sus bienes. Los trabajadores y campesinos, por su parte, rara vez ascendían en la escala social debido a la falta significativa de movilidad social.
La arquitectura y la división social
Una de las formas en que la división social se manifestó en la cultura teotihuacana fue a través de la arquitectura y el diseño urbano de la ciudad. La mayoría de las estructuras públicas y religiosas, como el Templo Mayor y la Plaza de la Luna, fueron construidas en la sección central de la ciudad, que se pensaba que era el dominio exclusivo de la clase gobernante. Las viviendas de los nobles y sacerdotes, conocidas como «palacios», también se encontraban en esta zona central de la ciudad.
Por otro lado, la clase media y los trabajadores vivían en vecindarios más alejados del centro de la ciudad, donde las viviendas eran más modestas y menos elaboradas. Estos vecindarios también albergaban talleres y mercados, donde se producían y vendían una variedad de bienes.
La disposición de las estructuras arquitectónicas en Teotihuacán reflejaba claramente la jerarquía social de la cultura. Se creía que los nobles y sacerdotes ocupaban la posición más alta en la sociedad y, por lo tanto, merecían las viviendas y estructuras más impresionantes en la ciudad. Mientras tanto, los trabajadores y campesinos ocupaban la posición más baja en la sociedad y, por lo tanto, vivían en vecindarios más modestos y menos elaborados.
La producción y el comercio en Teotihuacán
La economía teotihuacana se basaba en la producción y el comercio de bienes, y la división social también se manifestaba en estas actividades económicas. Los nobles y sacerdotes a menudo poseían talleres y fábricas de bienes de lujo, como cerámica y joyas, mientras que la clase media y los trabajadores producían bienes más simples, como alimentos y herramientas.
El comercio en Teotihuacán era también un negocio exclusivo de la élite de la sociedad. Los nobles y sacerdotes controlaban los mercados de la ciudad y tenían acceso a las rutas comerciales fuera de Teotihuacán. La clase media y los trabajadores, por otro lado, podían vender sus bienes en los mercados locales de la ciudad, pero su alcance y posibilidades era bastante limitado.
Conclusión
La cultura teotihuacana es rica y fascinante en muchos aspectos, y la compleja división social de la ciudad es uno de ellos. La estructura social de Teotihuacán estaba estrechamente vinculada a la jerarquía en la arquitectura urbana y la producción y el comercio de bienes. Aunque la cultura teotihuacana ya ha desaparecido, su legado sigue siendo una importante fuente de estudio y reflexión sobre cómo las sociedades antiguas se organizaban y funcionaban.