Introducción
En 1822 Augustín de Iturbide se proclamó Emperador de México después de la independencia del país. Este fue un momento histórico en la evolución de la política mexicana, pero al mismo tiempo, también fue un período lleno de controversias. En este artículo, exploraremos algunas de las características del imperio de Iturbide.
La unificación política
Una de las principales características del Imperio de Iturbide fue la unificación política. Después de años de lucha por la independencia, Iturbide se convirtió en una figura de gran importancia al liderar las fuerzas independentistas en la Batalla de Puente de Calderón. Con el tiempo, él vio oportunidad en la idea de formar una monarquía en México con él mismo en su cabeza. Tomando en cuenta que México acababa de dejar el yugo español atrás, la idea de una monarquía se recibió con mucha resistencia. A pesar de esto, Iturbide supo colocar a los líderes más relevantes y consiguió unir a todos en torno a su figura.
El gobierno de Iturbide
Como Emperador, Iturbide se convirtió en el líder de México y se encargó de dirigir el país mediante un gobierno autoritario. Durante su mandato, Iturbide fue responsable de la creación de la Ley de la Monarquía, que le dio todo el poder al Emperador. Además de los poderes legislativos y ejecutivos, Iturbide tuvo la facultad de nombrar a todos los jueces y gobernadores del país. Los cambios institucionales e implementación de una organización jerárquica no se llevó a cabo sin incidentes, ya que los ciudadanos estaban acostumbrados a un sistema de gobierno diferente que incluía cierta separación de poderes y un mayor grado de libertad.
La economía bajo Iturbide
Durante el mandato de Iturbide, México experimentó una serie de cambios económicos significativos. En 1823, se implementó una nueva moneda de plata llamada «Iturbide» que se convirtió en la moneda oficial de México. Las medidas de Iturbide se orientaron, en gran parte, al mantenimiento del mercado interno y a la promoción del proteccionismo. Él creía que la protección de las empresas locales era esencial para unir y hacer prosperar la nación. Sus políticas económicas no contemplaban a los centros productores de Europa, sino que buscaban fomentar la generación de empleo y riqueza dentro del país.
La caída del Imperio de Iturbide
Con el tiempo, Iturbide se convirtió cada vez más autoritario y su gobierno se hizo impopular. En 1823, un grupo de militares liderados por Antonio López de Santa Anna se rebelaron contra el Imperio de Iturbide, acusándolo de violar la Constitución de 1824, la cual había sido diseñada para limitar el poder de la monarquía. Ante la presión interna y externa, en 1823 Iturbide abdicó.
Conclusión
El Imperio de Iturbide tuvo muchas características, algunas eran positivas y otras negativas. A pesar de los esfuerzos de Iturbide por unificar la nación, su gobierno fue muy breve y nunca logró consolidarse realmente. La economía mejoró en algunos aspectos, pero en muchos otros no, y su gobierno fue en gran parte una decepción para la gente. Sin embargo, el legado de Iturbide sigue siendo importante como un ejemplo histórico de cómo una figura puede tener ambiciones de otorgarse en una figura monartica, sin tener una verdadera antiguedad en una carrera política convencional.